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domingo, 27 de diciembre de 2015

Desarrollo de la sexualidad.

La sexualidad infantil tiene una serie de características que la hacen diferente de la de otras etapas de la vida. De hecho, es posible afirmar que las posteriores etapas encontrarán su base en la sexualidad de la infancia. El hecho de que se puedan establecer vínculos afectivos satisfactorios en este período seguramente servirá de referente para un desarrollo armónico en la edad adulta. Los aspectos genitales no tienen especial importancia en esta etapa. Más bien, las expresiones de la sexualidad son un reflejo de las necesidades del propio desarrollo.

He aquí las etapas fundamentales del desarrollo sexual infantil.

Niños de edad preescolar (0-4 años de edad)
Estos niños manifiestan su conducta sexual a través de:
  • La exploración de sus cuerpos a través del tacto (masturbación), ya sea en público o en privado.
  • El rozarse sus órganos sexuales contra objetos o usando sus manos.
  • Enseñarle sus genitales a otras personas, ya sea otros niños o adultos.
  • Tratar de tocar el busto de sus mamás u otras mujeres.
  • Querer estar desnudos.
  • Querer ver desnudos a otros.
  • Hacer preguntas con respecto a las funciones de su cuerpo y las funciones corporales de los demás.
  • Discutir funciones corporales como orinar o defecar con otros niños.

Niños pequeños (4-6 años de edad)
Los niños pequeños manifiestan su sexualidad a través de:
  • Masturbación, ocasionalmente en la presencia de otros.
  • Interés en ver a otras personas desnudas.
  • Jugar juegos de papá y mamá o novia y novio.
  • Desplegar conductas de noviazgo como agarrar las manos y besarse con otros niños o sus padres.
  • Interés en hablar de sus partes sexuales.
  • Interés en explorar las partes sexuales de otros niños.
Lo que no es normal:
  • Conductas sexuales que asemejan el coito y otras conductas sexuales explícitas, como sexo oral o anal.
  • Conducta sexual que no es de su edad, como por ejemplo, un niño de 4 años queriendo besar los genitales de un adulto.
  • Mostrar agresión o amedrentar o usar la fuerza en sus juegos sexuales.
  • Niños de diferentes edades jugando a papá y mamá o novia y novio, como por ejemplo, un niño de 12 años jugando estos juegos con un niño de 3 años.
  • Juegos que provocan ansiedad, miedo o coraje en el niño.
Los juegos sexuales son parte del desarrollo sexual normal de los niños. No se debe regañar o castigar a los niños por conductas sexuales normales y naturales, como ya hemos comentado en la entrada anterior. Es importante hablar con los niños sobre sexo a edad temprana y continuar con esta conversación a lo largo de su desarrollo. 

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Jugando a los médicos

Estamos en una sociedad moderna, en la que oír hablar de sexo es de lo más normal, pero cuando nos referimos a sexualidad infantil se encienden todas las alarmas. En realidad tendría que ser de lo más normal. El problema surge si hablamos de la sexualidad infantil desde la mirada de un adulto y con las connotaciones de un adulto. Entonces, sí deja de ser normal.


Cuando hablamos de sexualidad infantil nos referimos a que los niños son seres sexuados que tienen que construir esa identidad sexual. Tienen que reconocer que son niños o niñas, y que ello tiene consecuencias diferentes en uno y otro. En realidad, este proceso empieza desde el nacimiento. El niño va descubriendo paulatinamente su propio cuerpo. Nadie se sorprende cuando el niño descubre sus manos, cuando descubre sus pies pero… ¡ay, que ha descubierto los genitales!



Pues sí, es una parte más de su cuerpo, y hacia el año los niños descubren que tienen pene y las niñas que tienen vulva. Hacia los dos o tres años empiezan a explorarse y realmente eso produce unas sensaciones placenteras. No es lo mismo frotarse un pie que los genitales. Por eso se habla de masturbación infantil. Pero insisto, no tiene las mismas connotaciones que para un adulto. Los niños descubren que frotando ‘sus partes’ obtienen sensaciones agradables, y por tanto muchos repiten. ¿Qué deben hacer los padres?
En primer lugar, nunca se debe regañar o asociarlo con connotaciones negativas (es frecuente escuchar “no te toques ahí, no seas cochino”). El adolescente o adulto llega a la masturbación para concluir una imagen de deseo sexual que no ha sido consumada, pero en un niño en realidad es más por descargar tensión, en momentos de soledad, tristeza o aburrimiento. Por tanto, es útil desviar su atención hacia otra actividad. Además, hay que enseñarle que esas cosas son privadas y uno no se toquetea en público. Hay que reforzar la idea de intimidad, no de sucio y malo. Si el niño está escolarizado conviene que habléis con su educadora para que las medidas que se tomen sean conjuntas y vayan en la misma dirección.


Estas situaciones suelen ser pasajeras, pero si un niño repite mucho esta conducta habrá que estar atento a qué está pasando. Normalmente, refleja una situación de malestar que crea mucha tensión en el niño y que habrá que descubrir y solventar. 




https://youtu.be/yvdtFj57Qe4