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sábado, 2 de enero de 2016

Los modelos a seguir

Un artículo del El diario.es Andalucia  publicado el 07/03/2014 por Miguel A. Parra Anguita nos hace ver la influencia que tienen los personajes disney en las más pequeás.
Desde la sumisa Vilma Picapiedra o la insulsa Minnie Mouse hasta las hipersexualizadas Monsters High, pasando por la candorosa Candy, Candy , nuestro imaginario colectivo está repleto de personajes infantiles femeninos que reproducen conductas estereotipadas y sexistas. En lo alto de la lista están las princesas Disney, la mayoría de ellas monas, lánguidas, frágiles y enamoradizas y que constituyen un claro ejemplo negativo de feminidad, únicamente preocupadas por encontrar el amor en el príncipe azul de turno que las rescatará. 

“En lo que al género de animación se refiere, tradicionalmente se han construido personajes asignándoseles una serie de características en función de si eran mujeres u hombres, quedando encasillados en roles y estereotipos basados en la desigualdad de género”, afirma Inmaculada Sánchez-Labella, doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla y autora del estudio Construcción de la imagen femenina en las series de animación.
En el lado opuesto a las princesas disneys más tradicionales, también podemos encontrar personajes que se atrevieron a romper con lo establecido en materia de igualdad de género, que reclamaban su independencia, su libertad y la igualdad de derechos respecto a sus compañeros varones. Personajes autónomos, como la abeja Maya o como Pippi Calzaslargas que quería ser pirata.
 Aquí están algunos de esos modelos de insumisión que han colaborado en la construcción de una sociedad más igualitaria entre hombres y mujeres:
1. Mary Poppins: El personaje que interpretó Julie Andrews es una mujer soltera, trabajadora, independiente en una época en la que no es lo habitual. "Toma sus propias decisiones y sus méritos no radican en la belleza”, asegura Herrera, experta además en comunicación educativa, cine e igualdad de género. Y añade: “El personaje literario lo era aún más, pero Walt Disney se encargó, de forma perversa, de edulcorar la obra de Pamela Lyndon Traver para la gran pantalla”.
2. Pippi Calzaslargas: En los 70 marcó a toda una generación precisamente porque poseía características y actitudes “propias de un personaje masculino: estaba dotada de una gran fuerza, era rebelde, autónoma y aventurera”, señala Sánchez-Labella. También ayudaba a ello su modo de vestir, que rompía con los roles y patrones tradicionales que dibujaban el género femenino, “por su estilo desaliñado, despreocupado y alejado del estereotipo cuidado y delicado”. Libre, independiente, fuerte, divertida, irreverente… con ella llegó la transgresión. “Pippi traspasaba sin vacilar las normas sociales y el pensamiento hegemónico de la época porque no tenía absolutamente nada que ver con lo que se esperaba de una señorita”, explica Sonia Herrera.
3. Las Súpernenas: Son tres hermanas que tienen que salvar su ciudad cuando el alcalde las necesita. Vestidas igual pero de distinto color, su principal característica es que son superheroínas, un hecho “atípico” para la investigadora Sánchez-Labella puesto que, “en su mayoría, y desde la estereotipia tradicional, el constituirse como personajes protagonistas con poderes era propio de los personajes masculinos”.
4. Mérida (‘Brave’): “Esta princesa subvierte el rol tradicional de princesa Disney”, afirma Sonia Herrera, pues rompe con los roles tradicionales y decide redirigir su futuro al poner fin a la antigua costumbre que la obligaba a casarse con los hijos de los señores pudientes de su reino. “Es una joven valiente, aventurera, impulsiva y experta arquera, lo cual puede llamar la atención del público pues se trata de actividad deportiva asignada tradicionalmente al género masculino”, añade Sánchez-Labella. Mérida no tiene nada que ver con Cenicienta o Blancanieves y está muy alejada de los tradicionales personajes representados en este tipo de historias. “Se la dibuja como un personaje revelador y rompedor con los esquemas hasta ahora asignados a los personajes de princesa”, añade la investigadora. Su aspecto físico, con una melena pelirroja, alborotada y desaliñada, simboliza su espíritu libre y valiente, como el título de la película.
4. Dora, la exploradora: Es una niña de 7 años divertida, alegre y amable con rasgos latinos, lo cual introduce un aspecto positivo desde la perspectiva de la evolución de la igualdad social y cultural.
5. Ana (‘Frozen, el reino de hielo’): La protagonista de la última producción de Disney se une a un audaz hombre de las montañas en un viaje épico para poner fin al gélido hechizo que condenó a la ciudad de Frozen a un invierno eterno. “Aunque se presenta con rasgos propios de una princesa: esbelta silueta y larga cabellera rubia, Anna se diferencia de este estereotipo tradicional presentándose como una joven optimista, valiente, aventurera y astuta”, indica Inmaculada Sánchez-Labella. “Aquí el amor romántico es una parte más de la trama, pero adquiere mucha más importancia el amor entre las hermanas Elsa y Ana, rompiendo así con el relato patriarcal tradicional”, añade Sonia Herrera.

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